El encanto de los 'cariñitos'

Por Nanny Torres

No es que sea malagradecida, -no, que va. Es cierto, lo que vale es la intención, pero también es importante no comprar por el solo hecho de agradar. Así solo gastamos dinero y eso no es lo que queremos. Recuerden que una sonrisa no significa que agradezcan la quinta taza de Mickey Mouse.

Por supuesto, que cuando viajamos y se nos olvida alguien, corremos a la tiendita del aeropuerto o de las que se encuentran cerca o dentro del hotel y ahí compramos prácticamente... lo mismo. "Made in China", la gran mayoría, aunque sea una miniatura de la Torre Eiffel o del Coliseo Romano. Esas tienditas, por regla general, venden lo mismo. No me extrañaría encontrarme un día con el coquí furioso porque es marrón y no verde con el mensaje en francés. C'est la vie!

Escoger los souvenirs durante un viaje no debería ser una tarea odiosa. Mucho menos una obligación. Regalas a quien quieres. Bueno, no siempre. Nunca falta la pregunta indiscreta "¿qué me trajiste?", precisamente de alguien que no es de tu agrado. ¿Y para ellos? ¡Los llaveros! Elemental querido Watson.

La reflexión debe ser personal, nadie mejor que tú para identificar quién se merece un regalito. ¿Amigos epicúreos? Especias, salsas, vinos. ¿Golosos? Chocolates. Eso sí, mesura en la lista. A veces queremos obsequiar a la familia entera y al "cuartel de las amigas", entonces terminamos pagando porque la maleta pesó de más. Por tanto, si viajas con frecuencia lo ideal es que obsequies a diferentes personas. ¿Del viaje al Caribe? A las amigas. ¿Del de Europa? Para los colegas. Esos son buenos porque regalas en colectivo. Una caja de 20...

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