Encontraron el trabajo entre ellos

Por Laura N. Pérez Sánchez

laura.perez@elnuevodia.com

Todo surgió como parte de una iniciativa de la organización sin fines de lucro Acción Social de Puerto Rico, que identificó al barrio Río Prieto de este pueblo, en donde residen los ocho trabajadores de Delicias de las Montañas, como el lugar idóneo para fomentar una empresa de autogestión.

Para llegar a Río Prieto, hay que subir, subir y subir por las montañas yaucanas por cerca de 45 minutos en carro, y esa localización remota ha provocado que, históricamente, en esta zona escasee el trabajo. Las únicas fuentes de empleo han sido, hasta ahora, las fincas de café circundantes y tres asilos para ancianos.

"Yo llegué aquí a los 64 años, a trabajar, a compartir con ellas. Pero yo, a esa edad, no pensaba trabajar y menos haciendo pasteles", dice Mary Judith Rosario, quien ahora se encarga de, entre otras tareas, preparar la carne que le da el sazón a los pasteles preparados de forma artesanal.

No es la primera vez que Rosario prepara pasteles. En realidad, todas las trabajadoras de esta corporación hacían pasteles en su casa, para su familia, y una que otra para obtener un dinerito extra.

"Yo me ponía nerviosa porque yo los hacía en casa, pero no así para afuera", recuerda Nancy Caraballo, de 52 años, sobre las primeras semanas de trabajo en la fábrica.

Pero a ninguna se le había ocurrido que esa costumbre familiar podría darles un empleo por el que recibir el salario mínimo federal y, más que eso, el orgullo de que el producto de su trabajo y de su empresa llegue a la mesa de miles de puertorriqueños.

"Esto nunca se había logrado y ellas muchas no han trabajado, solamente dependían de la...

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