Encuentro alegre y emotivo

Por Marcos Billy Guzmán

Especial El Nuevo Día

En ese ambiente de tensión e intensa expectativa, el grupo Maná compartió ayer con su fanaticada boricua en el atrio central del centro comercial Plaza Las Américas, de Hato Rey.

Allí, algunos de los cientos de seguidores que se dieron cita al evento hicieron fila por casi tres horas. Varios, como el riopedrense Luis Rodríguez, esperaban ansiosos para que los músicos mexicanos le firmaran su instrumento favorito.

"De verdad que me gusta todo de ellos. Yo toco la guitarra y la batería. Esto es lo mío y quisiera que -por lo menos- me firmaran los palitos", dijo el joven de 17 años sobre el grupo integrado por el cantante Fher Olvera, el bajista Juan Calleros, el baterista Alejandro González y el guitarrista Sergio Vallín.

El junte entre ídolo y fanático parecía sacado del nuevo disco de Maná, "Drama y luz", material que promocionaban tras casi tres años de ausencia escénica. Y así, cual maravillosa metáfora, la agrupación confraternizó por varias horas con sus seguidores en un entorno que fue desde lo dramático y emotivo hasta lo esperanzador y alegre.

"Esto sí que es luz... ¡Los extrañábamos...

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