Ensayar a ciegas

Por Ana Teresa Toro

ana.toro@elnuevodia.com

Este tipo de ejercicios han sido parte del proceso creativo del montaje de la puesta en escena de "A oscuras" del inglés Peter Shaffer, conocido mundialmente por obras como Eqqus (1973) y Amadeus (1979). Esta comedia sube a escena esta noche en el Teatro Tapia y tiene la particularidad de que se representa con un esquema de iluminación invertida, obra de Alberto Segarra. Comienza con un escenario oscuro y escuchamos a los personajes hablar con naturalidad. Luego, tras un corto circuito, el escenario se ilumina y el público ve a los personajes quienes se mueven torpemente en lo que para ellos es la oscuridad absoluta de un apagón.

Contrario a lo que se imaginaría es una obra que está escrita con muy pocas acotaciones. Es una comedia que entra dentro del género del "black comedy" y más allá de retos dramáticos, la propuesta plantea un reto físico para los actores.

"Es una gran coreografía", observa Valenzuela quien dirije un elenco que integran: Cristina Soler, Ernesto J. Concepción, Jorge Castro, Junior Álvarez, Alfonsina Molinari, Yamaris Latorre, Gerardo Ortiz y Julio Ramos.

"El público no solo viene a ver una gran comedia sino que viene a ver un concierto de actores desplegando todos sus recursos escénicos", abunda el director.

El grupo de actores coincide en que se trata de un esfuerzo particularmente complejo porque están trabajando en contra del instinto.

"Es muy físico. Para mí lo difícil ha sido viendo, no ver. Tengo que escuchar y estar muy pendiente", comenta Cristina Soler quien ha resuelto el tema de cómo moverse en el espacio tanteando el espacio con sus piernas. "Cada uno lo ha hecho de una manera diferente", dice.

"Es una comedia, pero la mayoría de los personajes sí tienen una transformación durante el transcurso de la pieza, muchos terminan muy distintos a como comenzaron", abunda Alfonsina Molinari.

Para Yamaris Latorre el reto radica mucho más allá de los aspectos dramáticos de los personajes. "Claro que conllevan un reto, pero el reto físico de simular la oscuridad convierte la obra en una experiencia muy física", dice.

Con ella coincide Junior Álvarez quien, además, tiene a su haber un par de moretones que confirman las complejidades del asunto. "Lo más difícil es controlar la reacción normal que tenemos cuando escuchamos un ruido y rápidamente miramos", explica.

¿Cuán difícil puede ser controlar el...

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