Entramado de amor y esperanza

Por Ileana Delgado Castro

idelgado@elnuevodia.com

"La esperanza es el sueño de los que están despiertos".

Carlomagno

No es para menos. Residen en una comunidad en la que dos terceras partes de sus habitantes viven bajo el nivel de pobreza, además de subsistir bajo la sombra de la violencia y las drogas.

Sin embargo, esa realidad que viven a diario no detiene los esfuerzos de la comunidad para enfrentarse a los retos y salir adelante. Afortunadamente, no están solos. Con ellos también convive un grupo de frailes franciscanos que hace más de una década decidieron volver a los orígenes fundacionales de "hacer morada junto a aquellos que tenían más viva la esperanza, los pobres y marginados".

Frailes jóvenes que llegaron hasta allí para ser vecinos, para sufrir y gozar juntos "las penas y las alegrías, para vivir en carne propia los retos a los que se enfrentan sus residentes diariamente".

Y para beneplácito de los religiosos, los primeros en acercarse fueron los niños que, con la ingenuidad y candor que los caracteriza, mostraron sus heridas y sus necesidades. Pero también sus fortalezas, sus ilusiones y esperanzas.

Así nació Niños de Nueva Esperanza, un proyecto que ha combinado voluntades para desarrollar un trabajo comunitario interdisciplinario de promoción humana integral, explica su director ejecutivo, Eddie Caro Morales.

"Pero no llegamos en plan de salvación sino para estar con ellos y en conjunto, buscar nuevas formas de vivir y revitalizarnos. Nos desafiaba el hecho de que había una comunidad con las mismas inquietudes nuestras", resalta Caro, un joven fraile que habla con vehemencia sobre el proceso de tejer todo el entramado necesario para lograr que esos niños cumplan sus sueños.

Pero en el trayecto, Caro cree que el proyecto se ha podido desarrollar porque "somos vecinos, sufrimos y gozamos con ellos".

"Todo lo que pasa aquí nos afecta e impacta igual que a ellos. Además al tener sentido de vecinos, te reconocen como alguien que vive aquí y eso es fundamental para cualquier proyecto comunitario", agrega el fraile.

Se trata, de hecho, de una organización sin fines de lucro que busca proveer un mejor futuro a la comunidad. Y se ha ido logrando a través de herramientas educativas, así como adiestramiento para los jóvenes y las mujeres, muchas de ellas jefas de familia.

Para ello, explica Caro, se han creado alianzas creativas con empresas privadas, universidades, escuelas, el municipio de Toa Baja, entidades deportivas y culturales...

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