La entrega perfecta 

Por María Marín

Especial El Nuevo Día

Después de recorrer la propiedad le dije con urgencia a mi agente de bienes raíces: "hagamos una oferta inmediatamente, ¡esta casa tiene que ser mía!". Imaginé los muebles y hasta los colores con los que la decoraría. Llamé a todo el mundo para contarle de mi futuro hogar.

Lamentablemente dos días después sucedió algo inesperado. Los dueños de la casa decidieron no venderla. No podía creerlo. ¡Esta era la casa de mis sueños! Desilusionada y triste pensé: "no voy a encontrar otra casa que me guste tanto como ésta".

Seguramente, a ti te ha sucedido lo mismo. Deseabas algo ardientemente pero no se te dio. Tal vez fue un trabajo, un amor o una gran oportunidad que no pudiste conseguir. En aquel momento te sentiste desilusionada o frustrada. Sin embargo, más tarde apareció algo mejor y hoy te das cuenta que, después de todo, lo que tanto querías no era lo que más te convenía.

Lo que está para ti, no llega en el momento que tú lo quieres, que tú lo decides o que tú lo pides, más bien llega cuando te conviene. Todo en esta vida tiene un orden divino, las...

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