'Eso es cultura'

Por Marcos Billy Guzmán

Especial El Nuevo Día

Sin embargo, tanto para los niños que esperaban en las estaciones de transportación pública de Puerto Rico como para aquellos que lograron pasearse por las calles de la antigua ciudad, la ilusión de entretenerse en el tradicional evento permanecía intacta.

"Quiero ver a Barney", decía Ernesto Montero, cuyos 6 años no le permitían entender que, con gran probabilidad, no vería al famoso dinosaurio violeta por aquel lugar. Mientras esperaba para montarse en la lancha de Cataño en dirección al Paseo de la Princesa, la madre del pequeño, Bea Vargas, trataba de explicarle el significado de las fiestas y el chiquitín pasó entonces a halarse la camisa mientras pedía comer piragua.

"Con chocolate, mamá, y (quiero volar) chiringa", sostuvo.

Desde la estación en Hato Rey del Tren Urbano, Aurora Cruz sabía lo que encontraría en el jolgorio masivo, pues ya había asistido en otras ediciones, pero insistía que anhelaba brincar en casas inflables.

¿Qué quieres hacer cuando llegues a las fiestas?, le preguntamos. "Lo que yo más quiero es jugar con otros niños en un juguete de aire", respondió la niña de 8 años y oriunda de Utuado.

Su madre Dana Castillo le aseguraba que no hallaría tal cosa, por lo que la niña preguntó "¿por qué no?". "Porque esto es algo más para pasear", contestó su progenitora y la pequeña, mirándola fijamente a los ojos, le dijo inocententemente "pues deberían abrir...

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