'Esto es más de lo que esperaba'

Carolina. Fue lindo, emotivo, el encuentro entre Jasmine Camacho Quinn y su familia ayer en Isla Verde, preámbulo a todo lo que la campeona de los 100 metros con vallas en Tokio 2020 y segunda boricua en ganar una medalla de oro olímpica para Puerto Rico viviría entre el pueblo como agradecimiento a su gran gesta.Tan especial fue el primer encuentro entre la corredora y sus padres y hermanos, quienes no se veían en persona desde antes que esta partiera para las Olimpiadas en Japón, que al momento del primer encuentro la medalla de oro que colgaba sobre su pecho pasó a un segundo nivel mientras se vivían los sentimientos de amor genuino de familia.El encuentro ocurrió a la salida por la puerta A3 del terminal de Jet Blue. Allí, Camacho Quinn se encontró con su familia: su madre María Milagros Camacho, su padre James Quinn y dos de tres hermanos, James Jr. y Miguel. La corredora llegó acompañada por el gobernador Pedro Pierluisi, quien le dio la bienvenida al país instantes antes de ella bajar de la nave aérea, la que ha quedado bautizado por Jet Blue como el avión Bluericua en homenaje a ser el que transportó a la corredora al país.Lo primero que vivió al salir del gate fue un fuerte abrazo de su madre María, seguida por su padre y luego sus hermanos. Y en medio del bullicio y el momento, inició el traslado dentro del aeropuerto hacia un salón privado donde finalmente pudo vivir algo más íntimo con los suyos. Allí, según contó luego, fluyeron los sentimientos."Fue un golpe para mí. Un chorro de emociones, todas al mismo tiempo. Fue una locura", dijo Camacho Quinn luego de gesticular una exhalación de alivio, de paz. "Cuando entramos al cuarto me calmé. Ver a mi familia sonriendo me calmó. Me alegró el corazón".La atleta no se había encontrado con su familia luego de ganar su medalla de oro el 2 de agosto en Tokio.Fueron un total de seis semanas sin encontrarse físicamente, pues la última vez que la vieron fue cuando partió hacia Europa para completar su entrenamiento antes de moverse a Tokio.La espera concluyó ayer en Borinquen, como si fuera simbólico por el País, el que representó en honor a su trujillana madre y el que han venido a querer sus familiares estadounidenses."Fue un momento emocionante. Estoy orgulloso de ella. Le dije que la amo y que me alegra que consiguiera la medalla por todo Puerto Rico", dijo su hermano James Jr., de 33 años.El encuentro, además de contar con muchos seguidores...

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