'Ya ni sé lo que es poner un sello'

Por Marga Parés Arroyo

mpares@elnuevodia.com

Con solo apretar un botón, se comunica por Internet con su familia. Las redes sociales le informan lo que ocurre en su barrio y no hace fila para hacer sus pagos, pues para eso está la computadora de la casa.

A Ramón Rivera, de Guaynabo, uno de estos aparatos le viene como anillo al dedo. "Me resisto a la esclavitud de la aspiradora. Me compré un robot que automáticamente se activa y limpia la sala sin yo tener que estar en la casa", comentó refiriéndose a su electrodoméstico automatizado que, junto a las aplicaciones que encienden y apagan enseres a distancia, es cada vez más popular.

El apego boricua a la tecnología se ilustra, por ejemplo, con el volumen de celulares registrados en la Isla: 3.1 millones, cifra no muy lejana del total de la población (3.7 millones).

Además, el 50% de la población mayor de 12 años en Puerto Rico (1,577,000) tiene acceso a la Internet, de acuerdo con datos de Estudios Técnicos. Y 1.4 millones de ese grupo poblacional están conectados a las redes sociales, especialmente a Facebook (83%).

Se estima que el alcance tecnológico aquí es mucho mayor porque estas estadísticas no consideran, por ejemplo, que muchos padres dan celulares a los hijos para comunicarse con ellos cuando quieran.

Buscadores cibernéticos como Google casi han sustituido la visita a la biblioteca; hay aplicaciones que permiten observar la residencia por el celular; hay monitores que no solo captan mediante audio y vídeo si el bebé está dormido, sino que también avisan si tiene fiebre. En fin, el uso de la tecnología en la vida cotidiana es infinito.

"Nos trae movilidad, accesibilidad, más información, comunicación, interacción entre personas; se generan conversaciones sobre ideas que surgen en grupos (crowd sourcing), tenemos más acceso a opinar, crear y desarrollar nuevos productos y a hacer cambios con nuestras opiniones", dijo Margarita Lloveras, experta en Internet.

El vehículo principal de esta herramienta es las redes sociales, pero su alcance es mayor, expuso Lloveras. Por ejemplo, ciertos municipios graban con cámaras digitales lo que ocurre en sus calles, y en ciertas oficinas ya los récords médicos son electrónicos.

Para Alma Negroni, la tecnología es indispensable para ejercer la terapia de patología del habla. "Me paso las 24 horas conectada, entre mi iPad, la computadora y el celular. En términos profesionales, es de gran ayuda. Antes tenía que cargar con maletas de objetos para dar...

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