Escapada de fin de semana

Por Raisa Rivas Español

Especial para De Viaje

Una travesía de cuatro días me recordó por qué son tan populares. Salí un viernes en el Norwegian Sky, desde Miami, en ruta a Great Stirrup Cay, la isla privada de Norwegian Cruise Line y Nassau, el paraíso tropical de Bahamas. Sin embargo, el hombre propone y Dios dispone. Justo antes de zarpar había leído que las condiciones del mar no estaban buenas, y así fue. Las olas altas y el viento fuerte no permitió llegar al destino planificado.

Katia, una colombiana que viajaba con su familia -a quien conocí a bordo- me comentó que el anuncio arruinaría el viaje a muchos que iban tras el sol y la playa. Pero nada que ver, los pasajeros disfrutaron en grande del día extra en el mar, recorriendo el barco y participando de un día repleto de actividades. Luego me contó que quedó impactada con unas esmeraldas -colombianas- que vendían en uno de las boutiques del barco.

(El Norwegian Sky no es un barco nuevo ni enorme, pero tiene más tiendas a bordo y más variedad de compras que muchas otras naves. Entró en servicio en el 1999 y ha sido renovado en varias ocasiones. Desplaza 77,104 toneladas y su capacidad es de 2,004 pasajeros. Tiene diez restaurantes, 11 bares y lounges y sale todo el año desde Miami, Florida.)

Como ocurre cuando hay cambios de itinerario, se nos entregó un boletín actualizado con todas las opciones nuevas. Mientras unos corrieron para el Mandara Spa antes de que se llenara, otros jugaron baloncesto, ping pong, fueron al gimnasio, al casino o de tiendas. Como siempre el deck de la piscina, que en este barco era el 11, estaba repleto.

Es que estos viajes son excelente opción para grupos que celebran una ocasión especial y para familias que pueden viajar con los niños en temporada baja, cuando es mucho menos costoso. Para los chicos, que eran numerosos, habían campamentos por edades y pantalla gigante para jugar Wii, muy solicitada por cierto.

Excepto para quienes extrañaron la arena y la playa, el día resultó extraordinario. Para mí estuvo intenso como si hubiera dado una caminata en puerto. Pero fue por elección. Otros pasajeros aprovecharon disfrutar del lujo de hacer nada.

Luego de un descanso de media hora, empezamos la noche con la cena en el Cagney's Steakhouse, que ofrece mariscos, además de buenos cortes de carnes. Requiere reservación y cuesta $ 25 por persona. La noche todavía era joven y daba tiempo para una miradita de las actividades, que incluían concursos y shows como el...

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