Una escuela como pocas

Por Lilliam Irizarry

lilliam.irizarry@elnuevodia.com

A Janitzia Alicea nadie le enseñó a ser mamá hasta que se apuntó en una de las pocas escuelas para la vida familiar que hay en Puerto Rico. Todo lo que ella y su esposo habían hecho hasta entonces para educar a su hija Jeinaliz, de seis años, había sido producto del amor. Pero, a veces, el amor no es suficiente.

"Buscar ayuda nunca está de más y no es para cobardes, sino para valientes", expresa la mujer de 35 años que llegó voluntariamente al Centro de Renovación y Desarrollo Humano-Espiritual Buen Pastor en busca de herramientas para "modelarle un ejemplo de vida y un estado de salud de familia positivo" a su hija.

Aunque ya había trabajado otros procesos de crecimiento personal, reconoce que llegó a la escuela de padres "con mucho dolor, mucha tristeza, mucha frustración" de no saber cómo lidiar con su pequeña, quien la confrontaba constantemente. En los diversos talleres y charlas, aprendió sobre autoestima, manejo de emociones, comunicación no violenta y relaciones de poder entre padres e hijos, entre otros temas. Pero lo más importante fue entender que el trabajo más duro que tiene por delante es consigo misma.

"Hay que aprender a controlar nuestros impulsos, nuestras palabras, porque yo soy la adulta y ella es la chica: yo soy el modelo de ella a seguir", afirma.

La Declaración Universal de Derechos Humanos establece que "la familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado". Ante esa afirmación, la pregunta obligatoria es: ¿por qué entonces no se educa más y mejor sobre la vida en familia?

"El estado debe asumir esa responsabilidad -que la asume a medias, por así decirlo- para que las familias puedan tener las herramientas necesarias para una crianza saludable y la comunidad pueda estar más preparada" para enfrentar los retos sociales, señala Emily Figueroa, trabajadora social del Proyecto Nacer, que ofrece talleres a adolescentes que hayan traído a un hijo al mundo.

Cuando a los padres y madres del curso de crianza del centro de fortalecimiento familiar Escape se les pregunta qué quieren para sus hijos, todos desean "que sean personas...

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