EL ESPECTÁCULO DE LAS PREMIACIONES

Por Marcos Billy Guzmán

Especial El Nuevo Día

La expectativa que fueron creando por varias semanas fue creciendo poco a poco, logrando convocar a miles que esperaban ansiosos frente a sus televisores para ver la tan promocionada ceremonia.

Pero la gala se tornó predecible. Bastaba escuchar la lista de nominados y recordar quién estaba presente para saber cuál artista se llevaría qué galardón. El asunto pareció rayar en lo absurdo cuando los actores Blanca Soto y William Levy abandonaron su labor como animadores para aparecer entre el público y actuar sorprendidos al recibir algunos de los premios más esperados de la noche. Así se expresó un torrente de gente en el internet.

Lo mismo sucedía con las presentaciones: cada invitado doblaba -uno que otro cantaba en vivo- su corte promocional. Carecían, para muchos, del elemento sorpresa.

Como ya venía observándose hace varios años, el evento levantó interrogantes sobre la vigencia y el impacto de estas ceremonias que aún hoy, a días de celebrarse los Latin Grammy, son blanco de críticas.

De Premio Lo Nuestro a los Billboard Latinos, las premiaciones en el ámbito latino han sido eje de controversia hace algún tiempo en términos de credibilidad.

Uno que tronó recientemente en Puerto Rico contra los Latin Grammy fue el cantautor Franco de Vita, quien al ser abordado sobre sus cinco nominaciones respondió: "Cuando la Academia (Latina de la Grabación) me muestre credibilidad, pues yo se la daré".

Tony Mojena, quien produce hace 13 años los Billboard Latinos, reconoce que "es una queja constante, pues hay premios que han sido criticados todos los años". Aunque defendiendo la ceremonia que organiza por su tendencia a premiar a base de "charts", el productor no niega que en casi todos estos casos escasea la credibilidad.

"Mira a ver si (el resto de) esos premios son auditados por una firma.... ¡Ninguna!", comenta.

Para él, "el voto es manejable en toda premiación que cuente con un comité o grupo, incluyendo los Grammy". Considera, además, que los votos del público podrían ser "manipulables".

El índice de audiencia es indudablemente la mayor preocupación de los canales y, por extensión, la de las premiaciones televisadas que buscan sustentarse.

Los Oscar, pioneros en este tipo de ceremonias con 83 ediciones, han sido quizás uno de las más inestables en cuestión de "ratings" durante la pasada década. Este año, a pesar del esfuerzo de ganar dinamismo con la integración de Anne Hathaway y James Franco...

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