El espejo de la historia

DIPLOMÁTICO Y ESCRITOR, CÓNSUL GENERAL DE ESPAÑA

Grandes Maestros del Museo del Prado en el Bicentenario de la Constitución de Cádiz

La misma semana que en el Museo de Arte de Ponce se inauguraba la exposición "Grandes Maestros del Museo del Prado" en España se celebraba el Bicentenario de la proclamación de la Constitución de 1812. Esa carta magna, llamada familiarmente "La Pepa" por haberse proclamado en Cádiz el día de San José, 19 de marzo, afirmaba por primera vez para los "españoles de ambos hemisferios", la soberanía del pueblo y la división de poderes entre la rama ejecutiva, legislativa y judicial. Al pie de ese documento iba estampada la firma de don Ramón Power y Giralt, diputado por Puerto Rico que se hizo famoso tanto por su defensa de la integridad de la madre patria -primero ante Inglaterra y después ante Francia- como por la defensa de los derechos de sus compatriotas, siguiendo las instrucciones de los cabildos de San Juan y otros municipios isleños.

Aunque no disponemos de una imagen del diputado Ramón Power, entre los retratos que se exponen en el Museo de Arte de Ponce, uno de los cuadros firmados por don Francisco de Goya en esa exposición representa al rey Fernando VII, que fue -para bien y para mal- un personaje crucial para la España que le tocó vivir al prohombre puertorriqueño. Las cortes constituyentes que se celebraron en la ciudad de Cádiz, asediada por las tropas francesas, se habían convocado en ausencia del monarca para defender su derecho al trono, lo que no impidió a Fernando VII a su regreso suprimir el trabajo de las Cortes, abolir la constitución y encarcelar a algunos de sus diputados. Ramón Power, que había sido uno de los vicepresidentes de esa asamblea, no llegó a sufrir el triste destino de alguno de sus colegas, pues había fallecido en Cádiz meses antes de la llegada del rey felón.

Pero, a pesar de su mala reputación casi universal, entre las acciones positivas de Fernando VII podemos señalar la fundación del Real Museo de El Prado en 1819, utilizando para ello un edificio encargado al arquitecto Villanueva por su abuelo, Carlos III, que en cambio ha pasado a la historia como uno de los mejores reyes de la dinastía borbónica. El mismo Carlos III fue quien, en 1775, mandó desterrar a Puerto Rico al pintor madrileño Luis Paret Alcazar, acusándole de haberle brindado malas compañías a su hijo el infante don Luis, destinado a ser Obispo de Toledo. En la...

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