Esquela

Sergio Gutiérrez Negrón

En aquella ocasión, no reconocí su voz a través del celular. Quiso que adivinara, pensando que me sería fácil. Tras varios intentos fallidos, se rindió y se identificó, decepcionada. Le di gracias por las felicitaciones y hubo un largo silencio. Inventé alguna excusa y colgué, incómodo. Esporádicamente, me apareció en el "news feed", mezclándose con las hordas de anónimos conocidos de mis redes sociales. Ni una vez presioné su nombre, o le desee felices cumpleaños, como ordenaba el algoritmo de la urbanidad.

Mirando su perfil me percaté que hacía tiempo no colgaba nada en su muro. Tan pronto se me ocurrió el pensamiento y vi el primero de muchos comentarios, me regañé por el descuido. Meses atrás, me habían dado la noticia, pero creo que no fue hasta entonces que sentí el golpe del luto. Repasé la decena de pésames que adornaban su Facebook: largos mensajes de amigos y conocidos expresando su sorpresa o dolor, o la falta que les hacía y les seguiría haciendo; ella, con quien compartí iniciales, y quien jamás presenciaría sus veinticinco.

Por un momento me molesté...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR