Estrellas en ciernes

Por Antolín Maldonado Ríos

arios@elnuevodia.com

Pero en lo que respecta a las ligas menores, el bayamonés José Orlando Berríos tuvo una primera temporada como profesional impresionante. Su actuación y la de otros jugadores de primer año escogidos en el sorteo de novatos, incluyendo al primer 'pick', el campo corto Carlos Correa, al receptor Wilfredo Rodríguez y al jardinero Alexis Rivera, entre otros, representa un buen augurio para el futuro de los boricuas en el 'Gran Circo'.

Berríos, seleccionado en el turno global 32 del draft, y primero de la ronda complementaria, está activo en la postemporada de la clase Rookie con los Mellizos de Elizabethton, a quienes les dio el primer triunfo de su serie semifinal en la Appalachian League el miércoles.

En dicho juego tiró magistralmente seis entradas en las que ponchó a siete, permitió un solo hit y dio apenas una base por bolas, para apuntarse la victoria. La filial de los Mellizos de Minnesota se impuso en ese juego 4-0 a los Bravos de Danville, y tras caer el jueves 9-2, anoche esperaba conseguir el pase a la final en un choque decisivo.

Berríos, el segundo boricua desarrollado en la Isla entre los escogidos en el sorteo, no permitió más libertades en el choque del miércoles luego de conceder un doble de Carlos Franco en la primera entrada. Después de eso retiró a 15 hombres en línea.

El bayamonés, egresado de la Escuela Superior Papa Juan XXIII y quien firmó por una bonificación de $ 1.55 millones, la mayor en la historia para un lanzador boricua, tuvo una fase regular espectacular antes de avanzar a las series. Demostrando quizás que estaba por encima del nivel de la Rookie League, compiló récord perfecto de 3-0 con una efectividad inmaculada de 1.17, al combinar su actuación en la Gulf Coast League y en la Appalachian League, a la cual fue ascendido en agosto y en la que tuvo un partido de cinco entradas y 11 abanicados.

"No me gusta escuchar mucho los comentarios que me halagan sino trabajar fuerte día a día. Hay bateadores fuertes y buenos. Tal vez Dios me ha dado la bendición de poder sobresalir, pero hay que trabajar", dijo el joven de 18 años, poseedor de una recta entre las 93 y 95 millas por hora.

"Lo más que han enfatizado conmigo es la cuestión de los hombros... no abrirme mucho al lanzar y controlar un poco más mi curva en el strike. Lo del hombro es para el control en la dirección del pitcheo", explicó.

Y vaya que ha logrado control, como lo muestra su relación de bases por bolas...

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