Se estrenan como emprendedoras

Aferrada a su pasión por la agricultura y a cumplir el anhelo de su padre de cultivar la tierra que le dejó como herencia, la maestra jubilada Dárida Vega Collazo decidió, a sus 70 años, emprender un negocio basado en la siembra de árboles frutales y endémicos, así como plantas ornamentales, medicinales y aromáticas.Mangó, parcha y china son algunas de las frutas que Vega Collazo quiere cosechar para vender en Puerto Rico y el exterior. De las plantas medicinales, sembrará la ruda y el poleo. Vislumbra, también, sembrar caña de azúcar con la intención de exportar el guarapo a Estados Unidos, donde vive la diáspora puertorriqueña.Sus aspiraciones la llevan a soñar con una finca convertida en un atractivo internacional que atraiga el turismo.Su empresa agrícola, Viveros y Hacienda Santa Bárbara, en Jayuya, le permite mantenerse activa en contacto con la tierra y revivir recuerdos de su infancia junto a su padre, pero es su oportunidad de crear empleos y el legado que quiere dejar a su familia para su seguridad económica.Vega Collazo es una de los 141 emprendedores que se graduaron de los programas de Formación Empresarial del Centro para Puerto Rico y el Centro Empresarial para la Mujer, de la Fundación Sila M. Calderón, luego de tomar un ciclo de 20 sesiones de capacitación.A través del programa de formación, Vega Collazo desarrolló el logo de la empresa, pancarta y tarjetas de presentación. Comenzó los trámites de certificación como agricultora bonafide y de formalización del negocio con el Centro de Recaudaciones de Inversiones Municipales (CRIM). También, expuso su producto en un montaje de mesa en el que vendió y aumentó la confianza en sí misma.Para Ivelisse Carrero Villarubia, emprender su negocio de prendas hechas a mano la ayudó a salir del abismo en el que se encontraba sumida debido una depresión severa que le fue diagnosticada cuando luchaba contra una enfermedad terminal. La madre de dos niñas logró distraer su mente de las constantes preocupaciones a través de sus creaciones en bisutería."Bisutería Amapola me ha ayudado mucho porque mi mente está concentrada en la pieza que tengo que hacer. Al ponerle toda esa pasión, no pienso en nada", afirmó Carrero Villarubia.Hacer una pausa en su trabajo de 20 años como terapista físico ha sido lo más gratificante en esta nueva etapa de su vida, en la que dijo sentirse completamente realizada...

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