Evolución educativa

Por Ileana Delgado Castro

idelgado@elnuevodia.com

Los niños de hoy, definitivamente, ya no son como los de antaño. Por lo tanto, la forma de educar y disciplinar también ha cambiado. Al punto que, en tan solo una generación, se nota la diferencia.

Y es que de la educación autoritaria de hace décadas -cuando los padres lo decidían todo por sus hijos y no se les permitía opinar (recuerdan aquello de que "los niños hablan cuando las gallinas...")-, se ha pasado a una mucho más democrática y participativa para los niños.

Ahora tienen voz y, en muchos casos, voto para decidir algo que les afecte. Aunque también se habla de otro extremo de estilo de crianza, cuando a los niños se le permite y se le da todo lo que piden porque es la mejor forma de no complicarse la vida. Una situación que puede convertirse en una bomba de tiempo ya que, según los expertos, promueve la falta de conciencia de lo que está bien o mal y no se aprenden valores y moral.

Por eso no es extraño que algunos promocionen la idea de volver al modelo autoritario de antes, cuando los niños obedecían y crecían sumisos, sujetos a los deseos de sus padres, sin molestarse y sin rebelarse.

Una de las que se ha sumado a esa corriente es Amy Chua, una profesora de derecho de la Universidad de Yale que recientemente publicó el libro "Himno de batalla de la madre tigre" (Battle Hymn of the Tiger Mother) en el que explica una teoría educativa bastante extrema que ha creado mucha controversia. Recientemente, la revista Time le dedicó su portada, causando revuelo entre padres y educadores por los métodos que ha usado para educar a sus hijas.

Según Chua (de padres chinos, nacida y criada en Estados Unidos), la educación y disciplina que reciben los niños en China es superior a la occidental. En el reportaje ella describe algunas de las medidas extremadamente drásticas que ella y las madres orientales (a las que describe como 'tiger moms' o madres tigresas) practican con el propósito de que sus hijos crezcan preparados para el mundo al que se enfrentarán.

Por ejemplo, a su hija mayor la forzaba a practicar piano por largas horas, negándole recesos para ir al baño o incluso tomar agua, hasta que se aprendiera la pieza completa. También llamaba a su hija pequeña "basura" (garbage) cuando esta se portaba mal.

Pero admite que con la hija pequeña tuvo que cambiar un poco su estilo de crianza porque ésta se rebeló y un día le gritó que "odiaba su vida y la odiaba a ella". Aun así, Chua es muy crítica de la crianza occidental. Según ella, los padres no tienen autoridad y educan niños consentidos, de quienes no se espera que desarrollen todas sus capacidades.

En cambio, afirma que las...

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