Exaltan la vida y el legado de Sor Isolina

Por Sandra Caquías Cruz

sandra.caquias@gfrmedia.com

El cantante Danny Rivera subió a una tarima sin público. Sor Isolina tomó el micrófono y pidió a los que la miraban desde los balcones que bajaran a apoderarse de su comunidad. Los niños llegaron y subieron a la tarima. Los adultos se arremolinaron a escuchar la música.

Así era Sor Isolina Ferré. Esa fue una de muchas vivencias relatadas ayer durante el congreso Sor Isolina Ferré y su trilogía de la esperanza, celebrado en la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico (PUCPR).

El evento es parte de una jornada de actividades que finalizarán el próximo año cuando se conmemoren los 100 años del natalicio de la fundadora de los centros Sor Isolina Ferré.

El congreso comenzó con una ponencia en la que el sacerdote Domingo Rodríguez, vicario general de la orden de la Santísima Trinidad, destacó que la obra que realizó Sor Isolina lleva "huellas de aroma de santidad".

"Sor Isolina Ferré recibió un don irrepetible, fue una mujer de Dios, una mujer extraordinaria", resaltó el padre Domingo al hablar de la labor social y espiritual que inició la religiosa con los residentes de La Playa, de Ponce, el lugar que había escogido para pasar su retiro.

La pobreza extrema y la depresión en la que estaban sumidas las comunidades de La Playa hizo que la religiosa emprendiera la tarea de ayudar a los más necesitados y transformara uno de los barrios más populosos de su ciudad natal.

Uno de esos ejemplos de transformación social lo relató ayer Rafael Sulé, un residente del barrio Salistral, quien conoció a la religiosa cuando fue a solicitarle empleo. Desde ese momento trabajaron juntos por 29 años.

Sulé, ahora director del centro Sor Isolina en el residencial Villa España, destacó que la religiosa procuró que fueran la comunidades las que presentaran las soluciones a sus problemas y se apoderaran de su vecindario.

Recordó que en una ocasión una líder comunitaria le dijo a Sor Isolina que no esperaba una trasformación en su barrio porque eran muchos los que los visitaban con promesas de cambios que no se cumplían. "Dame un año y te pruebo la transformación", le respondió Sor Isolina.

La religiosa sister Rosita Bauzá, una de las más...

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