Exgobernar

Miguel Rodríguez Casellas

Al menos, ése había sido el saldo hasta que Cuchín empezó a meter la cuchara en asuntos públicos -leyes y decisiones judiciales que le convenían, candidaturas de sus allegados, etc.- y el público comenzó a resentir su intervencionismo acomodaticio. Con el "issue" de la venta del aeropuerto su presencia ha sido parte de las especulaciones que rodean a este mal negocio para Puerto Rico.

A Sila la persigue aún la caricatura blanquitista que le endilgaron, aunque desde su fundación la señora se mete desinteresadamente en aspectos medulares de nuestro desarrollo social desigual, con programas novedosos que resisten el ataque fácil.

A Carlos lo detesta medio mundo, dentro y fuera de su partido, y es que en lugar de aprovechar las canas para entregarse al papelón de viejo venerable, los años lo han hecho relinchar con mayor fuerza. La información que hoy se maneja en torno a la violencia institucional que floreció en su gobierno, dificulta el que algunos podamos perdonarlo.

Lo de Aníbal es muy reciente, y sí, quedó como un conspirador frente al País, por más inocente que saliera. Fue Aníbal, de hecho, quien inició la doctrina de "shock"...

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