Expertos en adicción asesoran a gobierno dominicano

Hace unos años, las autoridades dominicanas comenzaron a notar el surgimiento de un fenómeno que nunca se había visto por allí: adictos a heroína vagando por las calles de sus principales ciudades. Se trataba de personas que habían sido deportadas desde Estados Unidos tras cumplir sentencias por crímenes menores y ahora vagaban en un país que, a pesar de ser el suyo, conocían muy poco.

En la República Dominicana, la adicción a opiáceos nunca había sido un problema de las enormes proporciones que es, por ejemplo, en Puerto Rico y en Estados Unidos. Las autoridades dominicanas, en principio, no tenían los recursos ni sabían cómo manejar una situación que, de no ser atendida, podría desembocar en aumentos en la actividad criminal así como en la propagación del VIH/sida, que tampoco había sido hasta entonces un reto significativo en el vecino país.

Buscando en organismos internacionales ayuda para manejar el problema, el gobierno dominicano se topó con un equipo de investigadores de la Escuela Graduada de Salud Pública de la Universidad de Puerto Rico (UPR), que hace un tiempo los asesora en establecer el primer programa de tratamiento a adicción a opiáceos mediante el medicamento conocido como buprenorfina, que está aprobado en Puerto Rico desde el 2002, pero apenas es utilizado.

“Si no se atiende esta situación en la República Dominicana, a la larga va a llegar donde nosotros, porque hay mucho movimiento de isla a isla”, dijo el doctor Salvador Santiago, un extitular de la Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (ASSMCA) de Puerto Rico, que forma parte del equipo de asesores que dirige la doctora Carmen Albizu, una experta en adicciones de la UPR.

En el equipo trabajan también los doctores Glorimar Barreto, quien es sicóloga; el estudioso de adicciones Ángel González Carrasquillo, el doctor Jonathan Echevarría y el consejero José Ruiz Valcárcel.

El equipo puertorriqueño trabaja en el Centro de Atención Integral a las Dependencias de Sustancias Legales y No Legales (CAID) del Hospital Francisco Moscoso Puello en la capital dominicana. Allí, 70 personas con trastornos de dependencias de opiáceos reciben tratamiento con dosis de buprenorfina que fue adquirida en el Reino Unido mediante un donativo del Gobierno de España, además de la atención multidisciplinaria para ayudarles a encaminar sus vidas.

Los trabajos del equipo puertorriqueño son costeados con fondos de la Fundación...

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