Fake'n shake

Félix Jiménez

El aderezo artificial, pero a la vez natural, de la falsedad se cuela en los anuncios políticos que se ven a toda hora. Son el "fake shake'n bake" de la política. Y es que el "fake" está "in", dice la prensa, que te prepara para que en tu casa convivas con eso que no es lo que se supone que sea, pero que parece serlo. Muebles, adornos. La similitud, la semblanza, el simulacro.

Lo doméstico también es lo político. Sentado frente a tu televisor, puedes ver cómo Luis Fortuño, a lo Peña Nieto en México, se graba en movimiento, en un automóvil, hablando de cómo los niños de educación especial le han dicho que quieren ser como él, traficando con los sentimientos, traficando con la pena. Es un gran traficante, eso nadie se lo quita.

Fortuño me recuerda la bola bullanquera de Jeff Koons, "One Ball Total Equilibrium Tank", de 1985. Es una bola de baloncesto marca Spalding que flota en un tanque de agua suspendido en una mesa de metal. De genial a "repulsiva" ha sido...

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