Fallece la dama de nuestras voces operáticas

Por Aileen Beale Targa

Especial El Nuevo Día

Considerada por expertos como una de las mejores voces del mundo operístico de su época, Rivera conquistó al público, a los críticos y a los grandes escenarios alrededor del mundo con su talento y dominio del escenario.

Nacida en Ponce en el 1921 y criada posteriormente en San Juan, donde realizó varios roles en diversas producciones como "El trovador", "La flauta mágica" y "Rigoletto", la artista partió a Nueva York después de graduarse de escuela superior.

En la urbe neoyorkina ingresó en la prestigiosa Escuela de Música Juilliard donde finalmente se graduó en 1943 para comenzar su carrera profesional.

En el 1951 Rivera se convirtió en la primera puertorriqueña en cantar un papel principal en la Metropolitan Opera House de Nueva York. En la legendaria institución, protagonizó el rol de Lucia en la famosa ópera "Lucia di Lammermoor".

Dos años después protagonizó el estreno mundial de la ópera "I Pescatori", de Jacopo Napoli, en Nápoles, Italia. En 1953 fue proclamada "Ciudadana del año", de la ciudad de Nueva York.

Datos biográficos recabados por la Fundación Nacional de la Cultura Popular subrayan que fue la primera intérprete a quien se le permitió cantar en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, en México.

Su talento, dedicación y orgullo nacional hicieron que Rivera se convirtiera en un ser muy querido y admirado, no solo por los puertorriqueños sino por personas alrededor del mundo.

Fue galardonada con dos doctorados Honoris Causa concedidos por la Universidad Católica, de Ponce, y por Lehman College, en Nueva York, en la década del noventa.

Rivera será recordada por otros artistas de ópera puertorriqueños como una...

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