El fallo no es de la jefa en el DE

La Secretaria de Educación, Julia Keleher, en una extensa columna aclaratoria, expone lo complejo de su trabajo, y que no hay espacio para mentiras, ni malas intenciones.

Parece referirse a quienes han criticado la tardanza en abrir las escuelas que tiene a su cargo, pero igualmente podría aplicarse a quienes tienen el poder para decir si abren o no.

No creo que ella mienta, ni tenga malas intenciones, ni dudo de la mayoría de las afirmaciones que contiene su escrito. Sin embargo, ella conoce el dicho: “The road to hell is paved with good intentions”, y hay mucho que matizar al defender —o criticar— el desempeño de las escuelas públicas y las decisiones que sobre ellas se toman.

Creo que el problema de fondo es que esas decisiones se toman en espacios a donde apenas llegan las voces de quienes van a sufrir sus consecuencias directamente: aquel estudiantado cuyo bienestar es el norte de la Secretaria, sus familias, maestras y maestros. Las ventajas y desventajas de clases multigrados, por ejemplo, versus el cierre de planteles, podrían valorarse de forma diferente con la participación de quienes forman parte de esas comunidades escolares.

En fin, el problema —y lo tienen...

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