La falsa colonia

EMILIO GUEDE

CINEASTA

Y los apóstoles de la estadidad, que le robaron a los independentistas el mote de colonia en precipitado afán de liquidar la gran bendición que para Puerto Rico ha sido el Estado Libre Asociado, siguen insistiendo en que somos una colonia. Lo que yo he estado planteando es ajeno a la maraña legal de la ley Foraker, la ley Jones, la Ley 600, la jurisprudencia federal, el territorio no incorporado y los poderes del Congreso. Sin restarle importancia a esas disquisiciones, prefiero dar una visión de lo que vemos y vivimos diariamente.

Porque si Puerto Rico fuera colonia, nadie nacido aquí podría votar en Estados Unidos ni aspirar a sus posiciones de gobierno, como es el caso de la representante Nydia Velázquez. Las banderas americana y puertorriqueña no podrían flotar lado a lado. No podríamos participar en competencias internacionales como puertorriqueños. No tendríamos Cámara y Senado para promulgar nuestras propias leyes. Ni exención de impuestos federales. No tendríamos la ciudadanía común, como fue el caso de Filipinas. No podríamos tener nuestro propio sistema judicial. La autonomía fiscal sería imposible. Tendríamos que proveer de materias primas a la metrópoli. La metrópoli recibiría beneficios en lugar de darlos. No habría...

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