Aún 'le faltaba hacer tanto'

Por Marga Parés Arroyo

mpares@elnuevodia.com

"Mira qué lindo estaba aquí, jovencito, flaquito", expresa mientras acaricia uno de los retratos en blanco y negro con la imagen de su padre en sus años de líder estudiantil en la Universidad de Puerto Rico (UPR).

Con uno de cuatro cuadernos sobre su falda, con múltiples memorias de su progenitor -quien falleció el sábado en la mañana tras enfrentar con valentía un diagnóstico de cáncer- Rebeca, la menor de los tres hijos del exlegislador, confiesa que trata de lucir serena y estoica, pero que tanto ella como el núcleo familiar de los Noriega llevan el viacrucis por dentro.

"Se nos fue muy rápido. Todavía le faltaba hacer tanto", lamenta mientras recibe el abrazo de uno de tantos familiares, allegados y ciudadanos particulares que se acercaron ayer hasta la capilla E de la Funeraria Ehret, en Río Piedras, para despedirse del abogado independentista que murió a los 68 años.

Al destacar que Noriega Rodríguez fue un excelente padre y cariñoso abuelo de sus nueve nietos, Rebeca resaltó también que fue un gran servidor público que dedicó toda su vida a defender las causas del pueblo.

"Nos enseñó eso desde siempre, que había que servir día a día, siempre con mucha rectitud, desde las cosas de la casa hasta las de la vida pública", dijo.

Entre hojas con algunos de los primeros discursos públicos de su padre, varias notas personales e invitaciones a asambleas estudiantiles, Rebeca recuerda cómo su padre presidió el primer consejo general de estudiantes de la UPR. Mientras nos muestra otros recuerdos de los años de su padre como estudiante de ciencias políticas y de derecho en la UPR, la joven -madre de un niño de tres años- subraya cómo el fenecido líder siempre demostró la capacidad de trabajar con otros colegas, incluso de ideologías contrarias, bajo un marco de respeto y comunión.

"Mi papá estuvo en la Legislatura durante mis primeros doce años de estudios (primarios y secundarios) y crecí sabiendo que era la voz y los oídos de muchas personas. Con él visitamos cada rincón de este país. Mis hermanos y yo crecimos jugando con los hijos del pescador de Fajardo y con los del cafetalero de Yauco. Sabíamos que estaba en una posición donde podía y debía ser la voz de muchos", dijo al recalcar que su padre sacaba tiempo para estudiar con sus hijos al regreso de su jornada laboral.

Rebeca también enfatizó cómo el norte de Noriega Rodríguez -a quien describió como un hombre recto sobre todo- siempre fue luchar...

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