Una familia imperfecta salva a la humanidad

Por mucho la película más honesta sobre la vida familiar que también incluye un apocalipsis de robots y un pug al que suelen confundir con una rebanada de pan, "The Mitchells vs. the Machines" es una delicia animada irreverente y graciosa que de alguna manera no sacrifica su profundidad incluso pese a que avanza con la velocidad vertiginosa de la comedia.La película del director Mike Rianda es producida por Phil Lord y Chris Miller y comparte mucho del ADN de otras aventuras animadas de Lord y Miller, como "The Lego Movie" y "Spider-Man: Into the Spider-Verse", en su habilidad para rehacer clichés del cine con irreverencia alocada, un toque jovial y un sello contemporáneo que suele eludir a películas menos libres."The Mitchells vs. the Machines", estrenada en Netflix, logra girar entre una relación sincera de padre e hija, nuestras adicciones a la tecnología, los celos de Instagram y los sentimientos generales de insuficiencia mientras se abre paso a través de una trama de fin del mundo accidentalmente iniciada por el irresponsable director de una empresa tecnológica. Ah, y también hay Furbys maniacos.A pesar de su locura acelerada, "The Mitchells vs. the Machines", con guion de Rianda y su socio de escritura Jeff Rowe (también codirector), es básicamente una buena película clásica de viaje familiar en carretera, y los Mitchell están entre los Griswold de "National Lampoon’s Vacation" y los proclives a accidentes de "Incredibles". No son un clan sin remedio, pero tampoco son perfectos (generalmente las dos únicas opciones en las películas familiares); son una familia amorosa con sus propios defectos.Rick Mitchell (con la voz de Danny McBride en el elenco en inglés) es un papá devoto pero distraído que, cuando enfrenta asuntos emocionales complicados, se resguarda haciendo reparaciones en su casa y tallando madera. Él y su esposa Linda (Maya Rudolph) tienen una hija que está por entrar en la universidad, Katie (Abbi Jacobson); un hijo menor loco por los dinosaurios llamado Aaron (Michael Rianda), y un perro llamado Monchi — un chiste de cuatro patas. Cada uno tiene sus propios intereses pero comparten su adicción a los teléfonos celulares. Así que cuando Rick sugiere que tengan una cena con "10 segundos de contacto visual familiar sin obstrucciones", es una tortura para todos.Cuando Katie está...

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