Fanático con 'Y''Y' de Yankees

Por Antolín Maldonado Ríos

arios@elnuevodia.com

El lareño Alfonso Gandarillas es uno de esos casos extremos en que la palabra fanático se queda corta. Habría que catalogar su afición de enfermiza. De seguro él no se molestará, sino que se sentirá elogiado.

A sus 58 años, Gandarillas es un acérrimo seguidor del equipo de los Mulos del Bronx, que independientemente de que anden en una temporada errática como la que atraviesan en el 2013, eso no lo hace negar su entrega.

Aficionado al béisbol y a la famosa franquicia de Nueva York desde niño, Gandarillas comenzó una llamativa colección hace más de 20 años, pero fue al jubilarse hace ocho como empleado del Banco Popular de Puerto Rico, luego de tres décadas de servicio, que se dedicó de lleno a buscar artículos alusivos a su equipo favorito.

"Siempre he sido un fanático del béisbol y seguidor de los Yankees... porque siempre, (estuvo activo jugando) desde pequeñas ligas, Clase A, sóftbol y en el torneo del Banco Popular, jugué los 30 años que estuve", dijo Gandarillas, cuya casa en San Juan parece más un museo.

De hecho, tan bien puesta está cada pieza en la valiosa muestra de artículos de los Yankees, que una visita al hogar de Alfonso y su esposa Elsie Pabón, da la sensación de estar visitando más de un lugar al mismo tiempo.

Por ejemplo, sentarse al comedor, rodeado por las fotos de varios puertorriqueños que han militado con los Yankees, y que atesora enmarcadas en la pared, hacen sentir al visitante como en un sports bar o restaurante de los que abundan en los alrededores de los estadios de béisbol de Grandes Ligas en Estados Unidos.

Al mirar de frente la sala, la enorme y cómoda butaca azul oscuro con el emblema de la 'N' y la 'Y' sobrepuesta, da la sensación de estar en el camerino de los Yankees. Igual en el baño de la residencia, en el que la puerta de cristal de la ducha también tiene adherida una enorme pegatina con el logo de su equipo. Y en la habitación principal, es como ver un antiguo museo en el que solo faltaría que el guía dijera que en esa cama durmió una de las legendarias figuras de los Yankees.

Ciento ochenta y nueve (189) gorras, mayormente de béisbol, cubren las paredes del cuarto, mientras que, sobre el gavetero predominan los relojes, la billetera y chequera también con el emblema yankee, y hasta un juego de perfume y loción para después de afeitar, en cuyos frascos no podían faltar las famosas iniciales de Nueva York.

Gandarillas no niega su exageración. Mas bién la...

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