Con fans hasta en África

Por José R. Pagán

Especial El Nuevo Día

Julián Gil estuvo recientemente en la República de Angola para saludar a la fanaticada que ya le conoce al suroeste de África.

Mientras el actor trabaja varios proyectos en este lado del hemisferio, los televidentes angoleños lo ven a diario en la pantalla chica a través de la señal de Zap TV, distribuidora de televisión por satélite que emite el melodrama La que no podía amar, en el que Julián figura como uno de los tres galanes.

Sorprendido por demás quedó tras recibir la invitación de dicha empresa y, sin tiempo que perder, hizo maletas y emprendió el viaje.

"Fue impresionante ver el apoyo de la gente", relata. "Me trataron como un rey. Hice una firma de autógrafos y pude notar que hay un gran auge de telenovelas. Sentía asombro, pero a la misma vez la sensación de recoger los frutos de tanto trabajo y sacrificio".

Así las cosas, sus seguidores africanos -en su mayoría féminas- pudieron saludar al Bruno Rey de la producción original de Televisa que se emitió en Estados Unidos entre agosto de 2011 y marzo de 2012, cuyo final tuvo una audiencia de 5.8 millones de televidentes, según datos de producción. En el caso de Angola, el melodrama se transmite en portugués, lengua oficial de ese país.

"Fui como a seis o siete programas de televisión y fue gratificante. Estuve cinco días viviendo experiencias que no voy a olvidar", agrega el actor, a quien le dejó un mal sabor el alto nivel de pobreza que observó en las calles.

Su paso por el país africano fue reseñado por varios medios, como Radio Nacional de Angola, que destacó su asistencia a la Feria Internacional de Luanda 2013 el sábado 20 de julio:

"Julian Gil, 'Pancho' como es llamado cariñosamente en nuestro país, se acomodó en el puesto de Zap (TV) para firmar autógrafos y posar para sus fanáticas. Tres filas fueron formadas para que las fanáticas tuvieran la oportunidad de llegar cerca del actor. Quien no consiguió un autógrafo o una foto al lado de 'Pancho' al menos lo vio de cerca. El tumulto que se formó rápidamente alrededor del puesto de Zap fue tal que llamó la atención de los visitantes de la exposición", señala la nota publicada al día siguiente.

Una vez cumplido los compromisos relacionados con la novela, Julián aprovechó varios días que tenía libres y se movió hasta Turquía, donde se dejó tentar por la comida y se acercó lo más que pudo a sus tradiciones y fervor religioso. Todo eso le fascinó, pero nada como la experiencia de subir a un...

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