Fatiga

Miguel Rodríguez Casellas

En el circuito de festivales de cine, por ejemplo, se habla de "holocaust fatigue", y así se boicotean películas sobre un tema que, según algunos, "ya cansa".

En círculos académicos se disputa la fatiga de un feminismo de "mujer blanca afluente", cuyo ensimismamiento, ignorante de cuestiones de clase y raza, y del trabajo intelectual de avanzada que desde otras coordenadas culturales se ha hecho para adelantar la causa, pide un giro de estrategias y contenidos, si es que el feminismo pretende retener su instrumentalidad progresista.

Del mismo modo, ya no hablamos de Snowden y de los ligones de la NSA, o de Siria y el gas sarín, como tampoco escucharemos mucho más del cierre del gobierno federal y el techo presupuestario.

Puerto Rico también experimenta secuencias de hastíos. Y el punto que quiero traer aquí es que más allá de entenderlo como desgaste natural frente a ciclos noticiosos que siguen lógicas del espectáculo en su mercantilización de la noticia, la fatiga es una emoción inducida a cargo de saturar un tema hasta enterrarlo en el camposanto del olvido.

Nos cansan el estatus de Puerto Rico, las...

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