Fe y política

JAMES GIL DE LAMADRID

PAX CHRISTI

En el 1810 el obispo Juan Alejo de Arizmendi hace un simbólico reclamo de los derechos de sus compatriotas al regalarle el anillo episcopal a don Ramón Power. Gesto que con idéntico sentido y en el contexto del fragor de la épica batalla por los derechos humanos de los viequenses repitió el señor arzobispo don Roberto González Nieves.

Las personas que se escandalizan porque los cristianos, en nombre de su fe, defiendan los derechos humanos y la identidad nacional de los pueblos no han entendido el Evangelio ni la misión de la Iglesia. En días recientes hemos escuchado personas del partido en el poder rasgarse las vestiduras en favor de un completo divorcio entre fe y convivencia política. Es una posición totalmente absurda. Quienes así opinan parecen desconocer que detrás de Martin Luther King, de Desmond Tutu, de Oscar Arnulfo Romero, existieron miles de cristianos políticamente militantes en favor de la justicia social. Y ciertamente no en favor de posiciones ultraconservadoras, como algunos religiosos estrechamente vinculados con el gobierno actual.

La Iglesia reconoce que en los asuntos de la construcción de la convivencia política...

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