'Tengo de todo, tengo felicidad...'

Por Aurora Rivera Arguinzoni

arivera@elnuevodia.com

No era una sesión normal: era la última terapia que tomaría como paciente antes de partir hoy hacia el hospital Shepherd Center, en Atlanta, donde seguirá su proceso de recuperación. Sin embargo, la bulla y el desorden de Elías parecían cosa habitual. "Haz la trompita, la trompita", le dijo alguien, y de inmediato posó coquetamente para el lente del fotoperiodista de El Nuevo Día mientras exhibía sus labios.

"Ella está muy motivada. Siempre ha estado bien dispuesta", aseguró el terapeuta físico Oscar Martínez.

"Le busca a todo el sentido del humor. Cuando se cansa, se cansa, y pide tiempo, pero le gusta que la reten", agregó la técnica de rehabilitación Yanira Rodríguez. Ellos y la asistente de terapia ocupacional Sonia Figueroa coincidieron en que la extrañarán. "¡Claro!", respondió Figueroa a la pregunta.

"Esta se ha vuelto una familia. La estadía ha sido prolongada y hay que estar más en contacto con ella (que con otros pacientes) por la condición en que está. Hay mucho contacto físico porque ella lo requiere. Además, si no veníamos al cuarto, ella nos mandaba a buscar", detalló entre risas.

Cuando Elías llegó a Health South hace unas cinco semanas y media, había pasado 17 días en coma, semana y media en la Unidad de Cuidado Intensivo del Centro Médico de Río Piedras y otra semana en la Unidad de Traumas. Esto, como consecuencia del impacto que le propinó el 22 de septiembre el vehículo que supuestamente conducía Luis D'Acosta y que le lastimó la columna vertebral, le causó varias fracturas, le rompió tres dientes y le dejó numerosas laceraciones en todo el cuerpo. Se desconoce si la corredora aficionada volverá a caminar.

Ayer, las marcas obscuras en su rostro y sus manos eran la señal más evidente del accidente. Lo más impactante, sin embargo, era la hipotonía (tono muscular inferior al normal) en sus piernas. Sin embargo, eso no borraba la sonrisa del rostro de Mayra, quien aseguró que solo la muerte de su madre hace 10 años logró quitarle la alegría por un tiempo.

En Health South recuperó la capacidad de sostener su cuello, mantener su torso erguido, controlar los movimientos de sus manos, darse una ducha (aunque sentada y con algo de ayuda); volvió a comer sola y aprendió a deslizarse de la cama hacia la silla de ruedas. Además, según "testigos", la paciente tiene varios factores a su favor.

"Número uno, el apoyo familiar y de amistades. Segundo, de lo que tú estás hecha. Hay una...

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