Feminismo y hembrismo

JOSÉ CARABALLO CUETO

ECONOMISTA

Los hombres que así creemos somos feministas pues no queremos discrimen por género. Sin embargo, la idea retrógrada y anacrónica de que el hombre debe ser el mayor proveedor en el hogar no se critica con vehemencia como una idea propia del patriarcado.

Hoy día, muchas distinciones de género las hacen irónicamente las mismas féminas, con estudios sesgados y convicciones donde afirman que son mejores administradoras o más exitosas. Algunas, hasta adjudican los problemas ambientales al patriarcado, como si las mujeres no participaran de los patrones de consumo y producción.

Esa disonancia cognoscitiva dentro de algunas autodenominadas feministas las lleva al hembrismo: la contraparte antitética del machismo. Es decir, traspasar la equidad, invertir la hegemonía y convertirse en su propia crítica. En esos extremos cayeron también algunos negros que predicaron una nueva supremacía con odio a los blancos, como si eso fuese que tuviera turnos.

Así, cualquier crítica al hembrismo o cualquier funcionaria rápidamente es...

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