Ficciones

JOS?CURET

ESCRITOR

Al d?siguiente, informan sobre nuevos l? que involucran al representante To? Silva. El querellante, un comandante de la Polic? se quej? una llamada que recibiera del representante para confrontarlo, airado por revelar que un cami?obado fue a parar en un taller de mec?ca, propiedad del representante. No llegaron a radicarse cargos. En el mismo d? y bajo el titular "N?la en Caguas", nos enteramos que una juez de San Juan dej? libertad a cuatro sujetos, presuntos socios de un pr?o federal, arrestados por portar armas de fuego con silenciador. Ocurre todo eso tan s?en par de d?. Con menos material alg?escritor de novelas policiales, como Wilfredo Mattos Cintr?ya hubiese activado a su detective para desenmara? ficci? realidad.

Pero no s?el mundo del crimen y pol?ca puede anidar temas para nuestras grandes novelas, tambi?en las ciencias sociales, la econom?espera por alguien que encuentre all?lementos para una novela de ciencia-ficci?A un a?e haberse aprobado la Ley 7, con el despido de m?de 30,000 empleados p?cos a cuesta, aparece otra n?la. ¿Qu?fecto tuvo esa medida? ¿C?se afectaron los recaudos de Hacienda tras dejar de recibir esas contribuciones? ¿Podr?la empresa privada acoger a los cesanteados? Preguntas concretas y espec?cas cuya respuesta tenemos que adivinar pues no han querido revelar estad?icas confiables. Contamos tan s?con la sonrisa del Gobernador, cada vez que aprueban una emisi?de bonos. ¿Y d? van a parar los fondos de esos nuevos empr?itos? Otro misterio indescifrable.

En esa labor de entender c?funcionan los mercados de pr?amos y las econom? locales, mientras esperamos por una buena novela sobre el asunto, algunos libros de economistas serios y de prosa accesible (es decir, desprovista de la jerga del oficio) pueden ayudarnos a despejar el camino. El economista Joseph E. Stiglitz, antiguo presidente del Banco Mundial, asesor presidencial y premio Nobel, explica en su libro "El malestar en la globalizaci? las reglas para prevenir caer en las garras de los mercados burs?les y evitar as?olapsos en las econom? locales. Aquellas econom? locales que supieron protegerse y desoyeron las recetas impuesta por los bonistas, como despedir...

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