Fidel Castro se despide de su amigo Hugo Chávez

Por Carlos Alberto Montaner

Es el escenario temido en La Habana. Fidel Castro, que sabe más que nadie de la salud de Hugo Chávez, el 15 de diciembre, en un breve texto construido dentro de la estructura de un obituario convencional, despidió en vida a su discípulo y les mandó un mensaje a los chavistas.

Así concluyó su escrito el viejo Comandante: "Tengo la seguridad de que ustedes con él, y aún por dolorosa que fuese la ausencia de él, serían capaces de continuar su obra".

Esta es la parte clave del comunicado. El resto es un cortés e intrascendente relleno.

Poco después de escrita esta nota, se anunció que el presidente venezolano había tenido una insuficiencia respiratoria que los médicos habían conseguido aliviar. Antes, durante la operación, lograron controlar un peligroso sangramiento que lo puso al borde de la muerte.

En todo caso, el pronóstico es que Chávez, salvo que suceda algún milagro, hasta que expire, sufrirá frecuentes y crecientes problemas derivados de la debilidad general de su organismo, como cualquier enfermo de cáncer en la fase final de la enfermedad. Paradójicamente, la quimioterapia, que a veces contribuye a curar el mal, otras parece acelerarlo.

¿Tendrá razón Fidel Castro y los chavistas podrán continuar la obra del líder de la revolución bolivariana? Pero, ¿cuál es, en realidad, la obra de Chávez?

En estos catorce años, este militar ha construido el estado más corrupto de América Latina. Según Transparency International, ocupa el número 166 de un total de 176 países escrutados en el planeta.

Caracas, con 130 asesinatos por 100,000 habitantes, es la segunda ciudad más peligrosa del mundo. (Chicago, que es el matadero de Estados Unidos, apenas alcanza los 19).

El nivel venezolano de inflación anual, 29%, es el más alto de América Latina y uno de los peores del globo.

De ser un país receptor de inmigrantes, ha pasado a ser una insensible maquinaria de expulsión de venezolanos educados y emprendedores. Se estima en unos 500,000 los que se han radicado en el exterior, 200,000 mil de ellos en Estados Unidos. Se van con sus conocimientos y, cuando pueden, con sus capitales, hacia otros destinos más prometedores. Esa es una incalculable sangría.

No obstante, ser el país peor gobernado de América Latina, que ha visto cerrar 107,000 empresas durante el chavismo (de un...

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