En fila un cambio de mando
LA HABANA, Cuba.- Miguel Díaz Canel es el primer vicepresidente de Cuba y es la figura política que a todas luces sustituirá a Raúl Castro Ruz si, como se anticipa, el actual presidente cubano abandona el poder tras cumplir su segundo mandato oficial en el cargo.
Es un hombre reservado, serio, que habla poco en los medios nacionales y mucho menos con los internacionales. No es de dar discursos, ni de robarse la atención en los eventos oficiales.
A sus 57 años, este político oriundo de la provincia de Villa Clara, al centro del país, ocupa el segundo cargo más importante en Cuba. En él ha pasado por debajo del radar, sin mucho ruido, por lo que se conoce poco de su pensamiento político profundo, pues sus pocas alocuciones suelen estar plagadas del común discurso oficialista que se maneja en la isla.
Ayer, sin embargo, Díaz Canel tuvo un inusual intercambio con medios internacionales a la salida del centro de votación en el cual se elegirá al delegado municipal de su zona en La Habana, un evento que representa el disparo de salida del complejo proceso que podría acabar poniéndolo a él en la presidencia del país, lo cual sería un hito, pues por primera vez en más de medio siglo un Castro Ruz no estaría en el poder en Cuba.
Su primer mensaje fue que Cuba apuesta por la continuidad en su proyecto político y no en la ruptura.
Cuando se le preguntó si se convertiría en el próximo presidente de Cuba, su respuesta abogó por el colectivo, pero sin descartar explícitamente esa posibilidad.
“Hoy no un es día para hablar de eso (del relevo en la presidencia). Hoy es un día muy sublime el que estamos sintiendo. Habrá presidentes en Cuba siempre defendiendo la Revolución y serán compañeros que saldrán del pueblo, los elegirá el pueblo y pasarán por estos procesos. Son personas que tendrán que ser elegidos como diputados por la zona que representan y que después la propia Asamblea Nacional los tendrá que elegir. Hoy el día es para hablar de lo que estamos haciendo, hoy el día es para hablar de Fidel”, indicó al referirse a que el sábado se cumplió un año de la muerte del expresidente cubano.
El hombre que podría ser llamado a tomar las riendas de Cuba, sin haber sido un combatiente de la Sierra Maestra, se refirió a las relaciones con Estados Unidos como un proceso asimétrico.
“La problemática de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos pasan por una asimetría. No fue el pueblo cubano ni el gobierno el que trato de imponerle condiciones al gobierno o al...
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