Por fin tienen agua de calidad
PATILLAS.- Unas 200 familias del barrio Mulas, en este municipio, por fin reciben en sus hogares agua que cumple con los parámetros de calidad, gracias a un innovador filtro a escala que ellos mismos operan.
Hipólito Neris y Yasmín Rodríguez son parte del grupo de vecinos que, a diario –desde hace varios meses–, muestrea el agua que procesa su sistema, que no está conectado a la red de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA).
Miden el nivel del agua en las distintas fases de filtración, chequean el clarificador, calculan la cantidad de cloro y examinan el tanque de almacenamiento. También embotellan agua en pequeños frascos, que luego son llevados a un laboratorio para pruebas más específicas. Redactan informes de todas sus gestiones.
Para evitar errores en esas gestiones, los vecinos fueron adiestrados por profesionales del Centro de Educación, Conservación e Interpretación Ambiental (CECIA) de la Universidad Interamericana de Puerto Rico (UIPR). Fue esta institución académica la que instaló el filtro en el sistema de acueductos del barrio Mulas, como parte de una investigación.
“Tenemos agua más saludable. Más limpia. Estoy más confiado al consumirla”, dijo Neris.
“Hemos aprendido muchísimo, desde las bacterias que podemos consumir en agua no tratada hasta cómo manejar equipo científico”, agregó Rodríguez.
Ambos coincidieron en que, desde la instalación del filtro, la turbiedad del agua que llega a sus casas se redujo “bastante”, al igual que las cantidades de paja y arena.
Pidieron, por lo tanto, que se haga un estudio epidemiológico para medir la prevalencia de enfermedades relacionadas con el consumo de agua no tratada, pues teorizan que es menor ahora. Neris y Rodríguez señalaron que las enfermedades gastrointestinales, como diarreas severas, son comunes en el barrio.
DISEÑO. Pero, ¿cómo funciona el filtro?
La doctora Graciela Ramírez, directora del CECIA, dijo que se trata de un filtro lento de arena para agua potable, desarrollado por la UIPR y otros colaboradores, que funciona por gravedad.
El agua proviene de un río cercano que, antes de llegar al sistema comunitario a través de una tubería de cuatro pulgadas, pasa por una “represa rústica” para remover hojas. Una vez en el sistema, es desviada a unos prefiltros para detener sedimentación.
“En esta primera etapa, la filtración es rápida. Los prefiltros tienen varias capas de piedra y arena, que remueven sedimentos patógenos más pequeños. Luego se procede a la filtración...
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