Fin a una larga travesía

Por Ana Teresa Toro

ana.toro@elnuevodia.com

Puerto Rico vivió anoche uno de estos últimos cuando, al fin, dos siglos después de su muerte y doscientos cuatro años después de su salida de San Juan, fueran sepultados en la Catedral los restos mortales de Ramón Power y Giralt, diputado puertorriqueño a las Cortes de Cádiz.

Un 16 de agosto de 1809, Power y Giralt, visitó la Catedral para recibir de mano del obispo Juan Alejo Arizmendi su anillo episcopal como símbolo de la confianza depositada en él y como recordatorio del deber cristiano de luchar por la justicia y los derechos de sus compatriotas. Esa última palabra, tan conocida hoy, entonces era un decir nuevo en esta tierra en la que por primera vez se comenzaba a hablar de la puertorriqueñidad. Estuvo en manos de nuestro primer diputado representar eso que entonces intentaban desentrañar, eso que empezaba a ser el puertorriqueño.

Así que anoche, cuando al fin fueron colocados los restos de Power y Giralt en una urna que compartirá con el obispo Arizmendi en el Altar de la Patria que está ubicado en la Capilla del Santísimo Cristo de Toda la Nación Puertorriqueña, la historia a todos les hizo un guiño.

La última de las largas rutas que recorrieron los restos de Power y Giralt antes de volver a su tierra, comenzó al filo de las 7:30 p.m. en la Plaza Colón con un animado desfile por la calle San Francisco. Curiosos se arremolinaron desde temprano y pudieron escuchar melodías como En mi Viejo San Juan, Preciosa o el Lamento borincano, entre otras, interpretadas por la Banda de la Congregación Mita. Igualmente, un desfile militar a la usanza de la época, todos ellos seguidos de un grupo de religiosos y jóvenes portando antorchas. Turistas se asomaban entre los restaurantes y preguntaban qué pasaba, tomaban fotos y se unían al desfile.

Una vez llegaron al Departamento de Estado se integraron a la comitiva la primera dama Wilma Pastrana y la alcaldesa de la Capital, Carmen Yulín Cruz, quienes presidieron la entrada de los restos de quien historiadores como el doctor Arturo Dávila han llamado el primer prócer puertorriqueño. Junto a ellas iban el exgobernador Rafael Hernández Colón, el exalcalde de San Juan Héctor Luis Acevedo, el presidente del Senado Eduardo Bathia, el representante Luis Vega Ramos, así como el senador y descendiente de la familia Power, José Nadal Power. Al igual que él, una veintena de descendientes participaron de los actos fúnebres.

Miembros de la Guardia Nacional cargaron...

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