El fin en el principio del cambio

JOSEFINA BARCELÓ JIMÉNEZ

jbarcelo@elnuevodioa.com

En su vida profesional ha tenido grandes retos y todos los ha aceptado de frente. Es una persona comprometida con ayudar a crear cambios positivos en nuestra sociedad. Y una de las cosas que más le intranquiliza es que la gente no aproveche la oportunidad para cambiar.

Ella es la doctora Carmen Zoraida Claudio Ramírez, una educadora por elección. Asegura que está ejerciendo lo que siempre quiso hacer y está donde siempre quiso estar. Ha sido profesora, dirigió el Departamento de Empresas, Finanzas y Economía de la Interamericana; fue decana de los Colegio Regionales de la Universidad de Puerto Rico y, desde el 2003, dirige el National College.

En todas las posiciones ha sobresalido y, según la doctora, el secreto es que el líder organizacional sea educador, no meramente un administrador. "En una comunidad de aprendizaje, hay que sentarse a trabajar juntos. Hay que compartir y delegar en el otro, sólo así se puede crear el cambio", asegura.

Su éxito profesional se lo debe a la forma en que la criaron. Vivía en San Lorenzo, en el seno de una familia estable, con unos padres bien estrictos y dedicados a la crianza de sus hijos. "Uno de los privilegios más grandes de mi vida es la formación que nos dieron a mi hermano Isidoro y a mí. Todo giraba en torno a cómo prepararnos para la vida", sostiene. Su papá, Isidoro Claudio, era agricultor y exportador de frutos menores. Su madre, Carmen Ramírez, era maestra de español."Desde pequeña sentí pasión por la educación. Mami fue mi inspiración", subraya.

Tenía 16 años cuando se graduó de Notre Dame, en Caguas y solicitó entrada a la UPR, en Río Piedras. Entró en Administración de Empresas. Estudió matemáticas aplicadas con concentración en métodos cuantitativos.

Fue una etapa muy bonita de su vida. Recuerda en especial 17 de septiembre de 1965, día que conoció al su hoy esposo, Ángel. "Fue la primera y única vez que corté clases, me fui al Centro de Estudiantes". El lugar estaba lleno, vio un libro en una mesa, lo retiró un poco y se sentó. "En eso veo llegar a ese muchacho alto y guapo, era el dueño del libro. Fue amor a primera vista. La segunda vez que lo vi, él llegó con una flor silvestre", relata.

Claudio se graduó en tres años y comenzó a trabajar en el Departamento de Salud como estadístico III. Le encomendaron preparar el Plan de Salud de Puerto Rico. "Era complejo, trabajamos intensamente y al entregarlo, se engavetó. Que no se pasara del...

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