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Su esbelta figura se entrelaza, se envuelve, se deja acariciar y despeinar por más de una decena de telas y plásticos en tonos neón. Como una niña pequeña, Carolina Stubbe retoza entre los colores y las sombras que surgen de estos materiales que cuelgan de cuerdas anudadas de un árbol a otro para en colectivo crear la obra "Forest Kaleidoscope" de Ivelisse Jiménez, una de las esculturas que salpican el campo de Dorado Beach Resort gracias a la fundación arte_FITS.Carolina viene de una familia venezolana de humanistas y grandes amantes del arte. Siendo niña su madre se ocupó de llevarla a museos y galerías para que conociera la riqueza y las importantes colecciones que albergaban. Además, quería que se sintiera orgullosa del acervo cultural de Venezuela y que conociera a los grandes artistas que ha dado el país.Energía, vida, conocimiento, reflexión son algunos atributos del arte que más la apasionan y que al entrelazarse con sus experiencias la impulsaron a educarse en museología e historia del arte. Fue esa misma vitalidad la que la llevó -hace 10 años- a fundar en Puerto Rico arte_FITS Foundation, una entidad sin fines de lucro que comisiona y patrocina propuestas de artistas que se interesan en el arte efímero y "land art"."Al poco tiempo de llegar a Puerto Rico sentí la necesidad de hacer algo que uniera todas mis inquietudes y experiencia. Es ahí que contemplo la opción de crear la fundación para poder apoyar a jóvenes artistas con propuestas interesantes de arte".De galerista a directora de museoConocimiento trae de sobra. Instada por un amigo comenzó su carrera como marchante con una pequeña galería en Caracas."En la galería comienzo a conocer gente y a moverme en ese mundo del arte. Mi espacio se convirtió en un proyecto medio ‘underground’ que permitía a artistas, que no conseguían exhibir en otros lugares, mostrar su trabajo. Eventualmente la tuve que cerrar. El país se fue complicando política y socialmente y la gente no se atrevía a salir ni tampoco buscaban comprar arte".Luego de algunas contemplaciones, decidió brincar del mundo privado de galerista al ámbito público como directora de museología del Museo Alejandro Otero. Su actitud -algo contestaría- ocasiona muchos roces y termina por irse."Me tomé una sabática y me fui para España por un tiempo. Estando allá me llama María Luz Cárdenas, que fue mi profesora y en ese momento dirigía el Museo de Arte de Caracas, para una posición como directora del departamento audiovisual...

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