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La indignación que ha sumado en los escenarios a lo largo de su extensa trayectoria musical, Lucecita Benítez la vio consumada en el histórico verano del ’19.El manifiesto del despertar de conciencia social de miles de ciudadanos que por doce días consecutivos abarrotaron las calles para provocar la primera renuncia de un gobernante, la "Voz Nacional" de Puerto Rico lo presenció desde una óptica distinta en el exterior. Ella, al igual que el mundo, observaba el honor de un pueblo desde las transmisiones de los medios de comunicación internacionales.Luz Esther Benítez, quien desde sus inicios ha sido una voz social contundente, de ésas que atraviesan la fibra de los sentimientos ya sea por su poder interpretativo o por sus firmes pronunciamientos a la hora de denunciar las injusticias estuvo todo el mes de julio residiendo en Buenos Aires, Argentina. Desde allí, observaba entre coraje, llanto y alegría, los sucesos históricos provocados por los arrestos federales por corrupción de exfuncionarios de la administración gubernamental y la develación de un chat de Telegram que el entonces gobernador Ricardo Rosselló Nevares mantenía con sus allegados en los que aparecían burlándose, mofándose, insultando y conspirando.Su estadía en Argentina respondió a que estaba tomando terapias de canto para su regreso a los escenarios este próximo 13 de septiembre en su espectáculo "En las manos del pueblo" en el Centro de Bellas Artes Luis A. Ferré. La voz de "Génesis" sufrió un infarto el año pasado y se encuentra en un proceso de recuperación físico y emocional que alimenta con el orgullo patrio que ha profesado en su vida y que hoy celebra con la fortuna de nunca claudicar a sus ideales, a su conciencia y a la libertad.Aquí el resultado de nuestra conversación con la veterana artista de la canción.¿Cómo ha sido tu recuperación, luego de enfrentar un proceso de salud fuerte que te puso al borde de la muerte?Fue un infarto. Siempre digo que me rompieron el corazón el miércoles de Semana Santa. Me levanté con el dolor el pecho y gracias Dios que vivo cerca del hospital y llegué tambaleando a emergencias. Vi a un enfermero que le dije creo que me está dando un infarto y ahí entré. El Viernes Santo me metieron al quirófano para colocarme lo que le llamo el mosquitero (ríe, mientras señala su corazón). Al personal del hospital le sorprendió que tuviera un corazón de 20 años y que estuviera respondiendo muy bien. Luego de esa experiencia viene la convalecencia...

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