Florece el negocio de las setas

Por Keila López Alicea

keila.lopez@elnuevodia.com

Feliciano es la dueña y fundadora de Setas de Puerto Rico, la única finca de champiñones en la Isla y que desde su apertura en octubre ha logrado ocupar un buen sector de un mercado copado hasta el momento solo por productos importados.

La abogada de profesión pero agricultora por vocación relató que hace dos años se topó con la encrucijada de que su empleo no generaba los ingresos que necesitaba su familia. En busca de una alternativa, recurrió a su pasión por la tierra y se aventuró a investigar qué productos podría sembrar de forma exitosa.

"Empecé la investigación por internet y descubrí que el champiñón se podía dar aquí; existían las condiciones para cultivarlo. Lo próximo era saber si era viable, si había el mercado, y fui a Caribbean Produce y allí me dijeron que sí, que había un mercado para las setas frescas", expresó Feliciano.

Tocó diversas puertas con su idea y recibió varios préstamos del gobierno federal y el Banco de Desarrollo Económico (BDE). Con una inversión adicional de su parte y asesoría de expertos en el cultivo de champiñón, decidió establecerse en el barrio Cuyón de Aibonito y, con la ayuda de su esposo y actual gerente de operaciones de la empresa, el ingeniero Jimmy Delgadillo, ha convertido su sueño en un fuente de empleo y desarrollo económico para la zona central.

"Aquí las temperaturas son altas siempre, lo que nos permite ahorrar en energía eléctrica. El champiñón se afecta con las condiciones del clima, la temperatura y la humedad, así que aquí se dan las condiciones perfectas para su cultivo", explicó Feliciano.

En Setas de Puerto Rico, los hongos crecen dentro de un largo edificio con más de una decena de cuartos fríos y oscuros. Enormes bandejas de metal repletas de composta -que hacen en la misma finca- llenan los cuartos desde el piso hasta el techo y, dependiendo de la etapa de crecimiento de la seta, en las bandejas se ve desde solo composta hasta los característicos botones blancos que forman el tope del champiñón.

El ingenio de la abogada y su esposo se deja ver aun por los estrechos pasillos de cada cuarto.

Los champiñones que están casi listos requieren de una leve iluminación, por lo que ellos colocaron luces de Navidad estilo soga. "Hay unas luces especiales para champiñones, pero en lo que llegan de Estados Unidos les dimos un poquito de espíritu navideño a los empleados", bromeó la dueña.

Cada hongo es recogido a mano poco más de 20 días...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR