Fogoso centinela de huérfanos
Por Gerardo Cordero
gcordero@elnuevodia.com
Lo anterior no resultó ficción para Francisco Cabrera Mercado. Fue solo una de muchas retadoras noches para el naranjiteño, quien desde 2006 asumió como cruzada personal ayudar a miles de niños en uno de los peores escenarios del planeta.
Al presente, atender grandes grupos de menores con VIH/sida en orfanatos de Kwa Zulu Natal, en Sudáfrica, es parte de su gran desafío para mejorar la calidad de vida de una población indefensa como colaborador del Proyecto Humanidad creado por Darren Tipton, en Texas.
¿Qué te lleva a viajar de forma reiterada desde Puerto Rico hasta ese distante país?
En Sudáfrica, más de 50 mil niños fueron raptados en un año en el área de las regiones tribales del territorio Zulu. Un mito espantoso se desarrolla allí y va tras los huérfanos. Todo tiene sus raíces en la provincia más afectada en el mundo por la pandemia del sida. El rapto de niños en Sudáfrica mejor conocido por los aldeanos como "Virgin Cure" que es la tortura más cruel e injusta a la que se exponen los niños todos los días.
¿Cómo te enteraste de esas prácticas y situaciones que en general no destacan medios occidentales?
La primera vez que escuché sobre esta historia, me tomó varios días asimilarla. No fue hasta que empezaron a desaparecer niños a mi alrededor cuando sospeché que algo estaba mal. El mito es que tener relaciones con un infante te quita el virus.
¿Qué más te informaron los protectores de los niños con quienes comenzaste a colaborar?
La realidad de que Kwa Zulu Natal es la región más afectada por el virus del VIH en el mundo entero. Allí viví en un orfanato por dos meses rodeado de cientos de niños entre las edades de 15 días y dieciocho años. La gran mayoría había sido víctimas de sus padres cuando apenas comenzaban a crecer. El 90% de los niños de esta región han sido abusados sexualmente por sus padres o adultos con el único fin de curarse del VIH.
¿Cómo era ese lugar?
Me parecía un campo de concentración. Tiene verjas con electricidad, muros extremadamente altos, trincheras para ir a la escuela y hasta niños armados con armas blancas con el único fin de protegerse de los depredadores sexuales.
¿Cómo llegaste por primera vez allí?
Yo estaba trabajando en Estados Unidos y entre los compañeros escuché de un viaje a África. Después supe que el cupo para el viaje estaba lleno, pero eventualmente fui porque uno de los muchachos (del grupo original) no pudo ir. Pensé que era algo turístico, pero ahí...
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