Una forma de esclavitud invisible

Por Laura N. Pérez Sánchez

laura.perez@elnuevodia.com

En Puerto Rico, al igual que en el resto del mundo, existen estas prácticas que vulneran los derechos más fundamentales de los trabajadores que, como explica Edwin Morales, director del Instituto de Relaciones del Trabajo, incluyen no solo a los asalariados sino a todo aquel que desempeñe una labor remunerada, ya sea en la calle, desde su casa o por su cuenta.

Morales precisó que el espectro de la esclavitud moderna abarca desde las terribles condiciones en que laboran algunos inmigrantes -que viven hacinados, trabajan jornadas interminables y reciben una paga ínfima- hasta las del asalariado que afronta un empleo precario.

"Son diferentes gradaciones de formas de esclavización del trabajador", indicó Morales, que, entre las formas más sutiles de esa esclavitud, mencionó las condiciones de empleo que afectan la calidad de vida del trabajador, como su seguridad, su salud física y mental, entre otras.

La Declaración Universal de Derechos Humanos establece que toda persona tiene derecho al trabajo, a condiciones equitativas y a igual salario por el mismo trabajo.

La Organización Internacional del Trabajo, por su parte, define como empleo decente aquel que ofrece al trabajador la posibilidad de un ingreso digno, seguridad, protección social a su familia y mejores perspectivas de desarrollo personal y de integración a la sociedad.

Sin embargo, la situación de muchos trabajadores en la isla dista de estas máximas.

Romelinda Grullón, directora ejecutiva del Centro de la Mujer Dominicana, aseguró que todos los años llegan hasta esa institución ubicada en Río Piedras decenas de personas para denunciar condiciones de empleo esclavizantes.

"Muchas de estas personas están calladas, pero... a...

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