Fractura decisional

ÁNGEL CINTRÓN OPIO

PEDAGOGO

Resulta terrible descubrir que la felicidad depende en alguna medida del dinero, pues cuando este escasea, falta el sustento, se tambalean los techos que una vez fueron seguros y hasta la manera en que las parejas se contemplan y sienten, cambia.  En  ocasiones las malas decisiones no tienen que ver con dinero. Esas decisiones pueden estar relacionadas con textear mientras se conduce un automóvil sin pensar en que podemos causar una desgracia en cuestión de segundos.  Ignorar avisos sutiles de agresividad en la pareja, o excusarlos,  se convierte en un problema serio pues no es hasta que surge la primera golpiza que la mujer se da cuenta de que el tipo es un patán.  Insistir que un hijo continúe estudios en una escuela que es curricularmente agresiva para él y el no prestar atención a que ya no sólo tomamos licor los fines de semana, sino que resolvemos el estrés a palo limpio aunque sea un martes a las doce del mediodía, son malas...

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