¿Fraude de país?

RICARDO CURRÁS

PERIODISTA

"Cuando la gente acepta la futilidad y el absurdo como algo normal, la cultura es decadente". Sabias palabras del historiador francés Jacquez Barzun para describir la devaluación moral de cualquier pueblo. Por lo que, padecer de mediocridad, vulgaridad, dejadez e insolencia nos hace asimilables al chanchullo, que equivale a darles visto bueno a la corrupción, el robo, la mentira y el revanchismo.

El desfile reciente de funcionarios electorales en la Comisión Estatal de Elecciones para ser interrogados sobre el "vaciado de listas" en el Precinto 6, del evento de las primarias del domingo 18 de marzo, añade un demérito más en la extendida decepción general por la crisis. "¿Por qué se añadieron a mano?", fue la pregunta que le ripostó la reportera de TV a la auxiliar tan pronto salió de su turno. "Pues, porque eran órdenes que nos daban de la sub-junta, los que estaban a cargo del colegio como tal", le contestó la empleada sin ningún asomo de rubor o bochorno. He ahí la evidente depreciación psicológica que brota en algunos convencidos para eludir la rectitud de las disposiciones legales.

Fraude en la ética gubernamental, en los porcentajes económicos, en la promoción de valores, en los procesos electorales, en el partidismo político, en el servicio privado y público, en los procesos judiciales, en la Asamblea Legislativa, en los medios de difusión, en las artes, en los...

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