Freno temporal a los negocios privados

LA HABANA.- El desarrollo de iniciativas de corte privado en diversos sectores económicos, como las casas de alquiler y los restaurantes, ha sido detenido momentáneamente en Cuba, donde el gobierno asegura que los pequeños negocios continuarán en el panorama del país, pero mediante un crecimiento controlado, que incluirá un proceso de “perfeccionamiento”.

Ese periodo de “perfeccionamiento” busca conseguir tres objetivos fundamentales, según publicó ayer el periódico “Granma” en una nota oficial: atajar la corrupción que se ha creado en diversas áreas, como el acaparamiento de suministros o la utilización o venta de mercancía obtenida ilegalmente; simplificar el complejo esquema de licencias para iniciativas privadas que opera hoy, y detener la evasión de impuestos.

Para ello, se ordenó el freno en el otorgamiento de nuevas licencias en sobre 30 renglones de los más de 200 que existen en el país, incluyendo a cuatro de los más populares y que más dinero generan, como son las cafeterías, los restaurantes privados aquí conocidos como “paladares”, los alquileres de casas particulares o las brigadas de construcción.

La queja principal del gobierno estriba en que, en estos sectores emblemáticos del llamado “cuentapropismo” en Cuba, han proliferado la corrupción y la ilegalidad.

No es un secreto en Cuba que algunos de estos negocios operan mediante esquemas de acaparamiento de insumos logrados con acuerdos ilícitos a través de las tiendas y mercados estatales, o con la importación o adquisición de materia prima de manera irregular, o con la concentración por una misma persona de múltiples negocios mediante el uso de testaferros.

El ejemplo más clásico está en los paladares o restaurantes privados. Dado que los operadores de estos establecimientos se enfrentan a un problema de falta de suministros, dado que en Cuba no existe un mercado mayorista como en otros países para ellos adquirir sus productos, muchos de ellos llegan a acuerdos extraoficiales con empleados de las tiendas estatales para que ellos, de manera ilícita, les reserven mercancía crítica, como cerveza nacional, carnes, vegetales y artículos de importación.

Algunos de estos comerciantes, igualmente, compran en el mercado negro a individuos que venden mercancía controlada, como langostas y pescado, o pagan a personas que viajan a terceros países y traen, sobre todo, equipamiento para los establecimientos.

Esas acciones han provocado la intervención del gobierno, hasta tal punto que...

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