Frigorífico Vallejo se reinventa pese a la pandemia

La pandemia provocó que, de una semana a otra, las ventas se desplomaran en el frigorífico Vallejo en Río Piedras, lo que amenazaba la subsistencia del negocio. No obstante, en medio de la crisis, sus propietarios se percataron que había oportunidad de servir a un nuevo mercado."De 60 órdenes que recibíamos a diario, apenas entraban tres o cuatro. La venta bajó más de 75%. Fue algo alarmante e inesperado para nosotros; nos preocupó mucho por lo que podía pasar con los empleados y con el negocio", expresó Esteban Gómez, miembro de la segunda generación y administrador de la empresa.El frigorífico lleva en la familia Gómez desde la década de 1980, cuando su dueño anterior, José Fuste, le vendió el negocio al padre de Esteban, Ángel B. Gómez, quien acostumbraba a comprarle productos para revender en Santurce. El negocio se especializa en la venta de vegetales, frutas y viandas a restaurantes y cafeterías (65%), hospitales (30%) y hoteles (5%).Para esta empresa familiar, que emplea a una veintena de personas, la llegada del coronavirus representó un jamaqueón. "El COVID-19 nos cambió los muñequitos radicalmente. Todo se paralizó, los restaurantes, las cafeterías. Lo único que se mantenían (en funciones) eran los hospitales, la cárcel federal y otros pocos clientes. En una semana tuvimos que bajar la jornada a dos días para no despedir a nadie", sostuvo por su parte, Luis Ángel Gómez, hermano de Esteban y quien preside esta empresa de familia.Para proteger la salud de don Ángel y de su esposa Luz María Polanco, sus hijos les pidieron que se quedaran en la casa y que ellos se encargarían de administrar el frigorífico. En medio del caos, al negocio llegaba gente nueva que no quería exponer su salud en las largas filas de los supermercados. "Nos dimos cuenta que los supermercados estaban llenos, la gente estaba comprando y nosotros podíamos suplirle a ese cliente individual", dijo Esteban, quien es también el secretario de la corporación familiar.Sin embargo, lo que les dio el empuje fue cuando idearon entregar los pedido directo en el hogar del consumidor. El frigorífico Vallejo tiene tres vanes y seis camiones en los que entrega el 95% de las ventas del negocio. Y esos mismos vehículos fueron los que usaron para llevar las "cajitas Vallejo" a los consumidores."Fue un ‘boom’ de llamadas que no dábamos abasto. Movimos el inventario y pudimos volver a darle las 40 horas de jornada a cada empleado", dijo Esteban. "Si había que llevar pedidos a...

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