Fritos

MAYRA MONTERO

ESCRITORA

Explicó que este periódico había "sacado de contexto" la historia sobre los dos millones de dólares que se estaban gastando en la remodelación de las oficinas. Desde que se inventó la frase "sacar de contexto", los políticos la tienen apuntada en la palma de la mano (para no confundirse, creo que el Chuchin decía "sacar de contento") y la disparan cada dos por tres.

Aunque la remodelación de la cafetería del edificio central es un proyecto aparte, que realiza la empresa que tiene la concesión, Lázaro habló como si fuera suyo, y aseguró que los empleados y visitantes llevaban ya muchos años comprando su almuerzo en una especie de vagón transformado para esos fines. Que por eso había que construir una cafetería nueva.

También afirmó que el edificio tiene 60 años y que, desde su inauguración, no se habían cambiado los inodoros. Bueno, debe tener en cuenta que hace 60 años no existía la obsolescencia programada. Las neveras también duraban décadas sin que se les moviera un pelo. Y los televisores se morían de viejos. Ahora todo se fabrica listo para que reviente en el plazo que le convenga al fabricante (ver el documental "Planned obsolecence"), y eso obliga a la gente a consumir sin control.

Admito que 60 años puede ser un récord de longevidad para un inodoro. Eso depende de como lo hayan tratado. Pero la mentalidad no puede ser cambiar, remodelar o fabricar en el peor momento. Si una casa lleva 10 años sin que se le dé una mano de pintura, y se ve que la necesita, pero sus propietarios están desempleados, seguro que le darán la prioridad a otros gastos.

En la AAA no se dan cuenta de que, para todos los efectos, ellos están desempleados: hundidos en la insolvencia, al borde de la miseria. Después de decretar un alza tarifaria que oprimirá todavía más la economía de millones de hogares y comercios, justo en ese instante, se ponen a "mejorar la estética", cambiar inodoros y poner plafones nuevos. ¿Qué tienen en la cabeza? Si llegamos hasta aquí con lo que había, que aguanten un poquito más.

Pero lo bueno es lo que viene ahora: el pollo frito.

Como se concentró en el asunto de la cafetería (para no tener que hablar de las "remodelaciones estéticas"), Alberto Lázaro afirmó que un insoportable olor a pollo frito recorría todo el edificio. Dijo la frase en tono tan dramático, que me acordé de aquel fantasma de Carlos Marx que estaba recorriendo Europa. Este pollo frito es el fantasma que recorre la Autoridad de Acueductos.

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