El fundamentalismo no es un marbete

SAMUEL SILVA GOTAY

PROFESOR DISTINGUIDO DE LA UPR EN LA FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES, INVESTIGADOR Y EXPERTO EN HISTORIA Y SOCIOLOGÍA DE LA RELIGIÓN

Toda literatura del campo de historia y sociología de la religión está advirtiendo en los últimos años sobre el hecho de que se ha recrudecido el carácter político del fundamentalismo, que ha manifestado abiertamente en sus tres grandes etapas de desarrollo.

Afincado en la interpretación literal de la Biblia, y haciendo caso omiso del contexto histórico y cultural del origen de los textos bíblicos, el fundamentalismo inició la primera etapa de su historia en una lucha sin cuartel contra el protestantismo liberal, contra la enseñanza de la teoría de la evolución en la escuela pública, contra el establecimiento de la Liga de las Naciones (precursora de la ONU, porque no era posible que naciones no cristianas se sentaran a la mesa con las cristianas a decidir asuntos sobre el mundo) y contra el catolicismo.

La segunda etapa de su historia se articuló contra las reformas económicas y sociales del presidente Franklin D. Roosevelt para sacar la nación de la depresión mediante la intervención del Estado en la economía en las décadas del 30 al 40, reformas éstas que los fundamentalistas tildaron de comunistas, por lo cual, se unieron al programa de persecuciones contra intelectuales, artistas y científicos dirigida por el macarthismo en la década del 50.

En la tercera y última etapa, la que estamos viviendo hoy, iniciada durante la Guerra Fría comenzaron con monumentales acusaciones contra todo programa social y pensamiento crítico, pero han especializado sus acciones en el área de familia. Éstas van desde las furiosas condenas contra la comunidad LGTTB, hasta el boicot da los programas de investigación científica de las células madre y todo lo que tenga que ver con los derechos de la mujer.

Pero no han abandonado sus ataques a los programas sociales y el apoyo a las propuestas imperialistas de la derecha norteamericana enquistada en el Partido Republicano. Todo esto va...

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