Gajes del oficio

POR José Sánchez Fournier

Enviado Especial

Ayer, Miguel Ángel Cotto Vázquez probablemente tuvo uno de esos días, ejercitándose hasta más no poder, atendiendo fanáticos, dando largas entrevistas a los medios de prensa, hablando de negocios con su promotor y guardando dieta, todo como preámbulo a su combate titular contra Ricardo 'El Matador' Mayorga, el próximo 12 de marzo en el MGM Grand de Las Vegas, Nevada.

"Me siento un poco cansado, por lo duro que ha sido el entrenamiento. Pero estoy bien", dijo Cotto, tras finalizar su rutina de ejercicios en el gimnasio The Heavyweight Factory de esta ciudad, donde se encuentra acuartelado desde el 8 de enero pasado.

No era para menos. El triple campeón mundial se levantó al amanecer para comenzar su régimen de ejercicios con una serie de carreras de velocidad en la pista del complejo deportivo aledaño al Dolphins Stadium. Allí, a eso de las 5:30 a.m., comenzó su labor física del día.

Una vez terminadas sus carreras, regresó a su base en Florida, una lujosa residencia de dos niveles en el 1100 del Bulevar North Río Vista, en los suburbios de Fort Lauderdale. Desayunó levemente y subió a su habitación, para reposar unos minutos.

A las 9:00 a.m. bajó de nuevo, para atender a un equipo de producción enviado por la telecadena Showtime, que transmitirá la pelea en Estados Unidos a través del sistema pague por ver. Cotto tuvo un largo intercambio verbal ante las cámaras con el comentarista de Showtime, Al Bernstein, y regresó a descansar.

Poco antes, mientras el campeón dormía en el nivel superior, su séquito trabajaba en la mesa del comedor, en el primer piso. El licenciado Gabriel Peñagarícano, asesor legal del campeón, discutía asuntos por teléfono. Bryan Pérez, mano derecha del campeón, trabajaba en su computadora portátil, y Héctor Santiago, encargado de Promociones Miguel Cotto, discutía planes sobre las futuras carteleras de la empresa.

Cerca, sentados en un sofá, estaba Miguel Jr., el menor de los hijos de Cotto, apodado Junjo. Los otros dos vástagos del campeón entraban y salían de la escena. Melissa Guzmán, esposa de Miguel y madre de los niños, los supervisaba, junto a su suegra, doña Juana Vázquez, quien también se aseguraba de mantener el lugar recogido y de atender la cocina.

"Todos están bien. Gracias a Dios que pudieron venir y visitar y apoyar"...

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